por el P. Andrés Esteban López Ruiz CCR*.
Una descripción para sacerdotes exorcistas
1. Antecedentes históricos del culto a la Santa Muerte en México
El fenómeno del culto a la “Santa Muerte”, tan extendido hoy en México y otros países, particularmente en ciertos contextos sociales proclives a prácticas mágicas, adivinatorias y supersticiosas vinculadas también al mundo del crimen, tiene un origen reciente y un pasado remoto.
No es un fenómeno prehispánico, aunque sí tiene antecedentes en aquellas cosmovisiones prehispánicas en las que la muerte y la morada de los muertos jugaban un papel fundamental[1]. Existen evidencias de cultos relacionados con la muerte, aunque muy diferentes a los actuales, en Hidalgo y Oaxaca en los siglos XVIII y XIX. En realidad, sin embargo, sólo hay evidencias de su existencia desde 1961[2], y con mayor desarrollo a partir de 1965[3], año en que apareció con su configuración actual en el mercado de Tepito de la Ciudad de México, conocido por ser un lugar de contrabando e ilegalidad. Actualmente ahí se encuentra el “altar mayor”[4] de la “Santa Muerte”, ubicado entre Tepito y la Colonia Morelos, zonas caracterizadas por el tráfico de drogas y de personas.

Demostraciones de culto en el mercado de Tepito
Además, existe un notable desarrollo de este culto en Catemaco, en el estado de Veracruz, lugar con una antigua tradición de brujería, chamanismo y ocultismo,[5] con escuelas iniciáticas y familiares, la costumbre de pactos, consagraciones y la transmisión de la “mediumnidad”, entre generaciones consanguíneas e iniciadas a través de diversos rituales.
Aunque la mayoría de los estudios no son de la opinión de considerar a Catemaco como la cuna del culto a la “Santa Muerte”, optando por Tepito, es innegable que muchos de los rituales y prácticas mágicas asociadas a ella se configuraron en Catemaco. Este hecho nos parece relevante, ya que se trata de un lugar que ha sido fuertemente influenciado por las religiones afroamericanas, particularmente la santería afrocubana, e incluso por cultos yorubas brasileños como el Candomblé, la Umbanda y la Quimbanda: hecho que se hace evidente al observar algunos de sus altares.
Estas influencias han llevado al complejo desarrollo de una versión mexicana del culto satánico, que mezcla elementos de la Quimbanda brasileña, la santería cubana[6], las culturas prehispánicas y el satanismo ocultista, con la Santa Muerte como uno de sus principales ídolos.
Se pueden entender estas convergencias teniendo en cuenta el carácter ecléctico de muchas tradiciones ocultistas. Por ejemplo, en los propios altares donde se celebran estos ritos, se ha observado la imagen del “Baphomet”[7] presidiendo el culto, con la “Santa Muerte” colocada en el lugar principal, junto con otros tétricos ídolos típicos de la Quimbanda, que popularmente se denomina en México “Santería satanista” Esto junto con los calderos del “Palo Mayombe”, en los que se realizan rituales caníbales. Estos elementos son de dominio público ya que se exhiben en el famoso altar del brujo llamado “El Lunares”, donde se han encontrado evidencias claras, incluso restos humanos.

Hechicero y culto satánico en Catemaco
Probablemente la influencia de la santería en el culto a la ‘Santa Muerte’ ha contribuido a que se afirme que coexiste con la religión católica, como pretende la propia santería, además de que las similitudes rituales son notables, especialmente en el culto a ‘Iku'[8]. Este tipo de cultos y rituales de magia negra son comunes entre los narcotraficantes, hasta el punto de que se les ha llamado ‘narcosatanismo’ y están vinculados de una forma u otra al culto a la muerte.
2. Configuración del culto a la Santa Muerte en México y sus principales características: esoterismo, criminalidad y sincretismo
A partir de estos breves apuntes históricos sobre el culto que nos ocupa, podemos deducir algunas de sus características fundamentales.
En primer lugar, el culto a la “Santa Muerte” se originó como una práctica mágica, ritual, vinculada a la brujería, la adivinación y el espiritismo, a través de diferentes formas de ocultismo practicadas anteriormente en México. Así, es más probable que su origen sea estrictamente esotérico-popular contemporáneo[9] que religioso prehispánico. La primera referencia histórica proviene del antropólogo estadounidense Oscar Lewis (1914-1970), quien destaca el elemento esotérico y ritual:
Cuando mi hermana Antonia me habló por primera vez de Crispín, me dijo que cuando los maridos tienen una aventura rezan a la Santa Muerte. Es una novena que se reza a medianoche, con una vela encendida y su retrato. Y me dijo que, antes de la novena noche, llega la persona a la que han llamado[10].
En segundo lugar, el culto a la “Santa Muerte” se originó como una práctica ocultista vinculada al ámbito de la delincuencia, en particular a los delitos de robo, contrabando, fraude, asesinato, secuestro, narcotráfico y trata de personas. Este detalle delictivo ha llevado al gobierno de México a considerarlo un problema de seguridad nacional, negando el registro de los ministros del culto como asociación religiosa[11].
De hecho, no han sido pocas las voces que se han alzado para denunciar el problema de reconocer a la “Santa Muerte” como una práctica religiosa en dimensión asociativa, ya que estructuralmente representaría una afrenta al orden público y a los derechos humanos[12]. No pocos de sus ministros han enfrentado procesos penales, están presos o han sido ejecutados en el curso de guerras entre organizaciones criminales[13]. Esta relación entre el culto a la “Santa Muerte” y el crimen ha permeado consecuentemente en la mayor parte del hampa mexicana. Las cárceles, en particular, se han convertido en sitios privilegiados de este culto y no parece haber una sola prisión en México donde no se practique[14].
En tercer lugar, el culto a la “Santa Muerte” se originó como una práctica sincretista que de la santería cubana hereda la pretensión de subsistir con la religiosidad de un pueblo en su mayoría católico, sin pretender la renuncia a la fe católica pero coexistiendo con ella. Este componente sincretista es sumamente importante, porque facilita la participación de muchas personas que, por desconocimiento de la fe católica, se adhieren a las prácticas del culto a la Santa Muerte sin darse cuenta de que constituyen una amenaza para su fe. Además, su configuración simbólica y ritual se presenta con componentes propios del catolicismo romano: los ministros visten sobrepelliz, estola y casulla a veces totalmente idénticos a los utilizados por los sacerdotes católicos. En algunos casos, utilizan los mismos rituales e incluso el Misal Romano, simulando la celebración eucarística en sus templos[15].
3. Estructura del culto a la “Santa Muerte” en México en sus prácticas rituales
En la fenomenología del culto a la “Santa Muerte” se pueden distinguir claramente dos componentes rituales: el sincrético y el esotérico. Así, dentro de los rituales sincréticos observamos la configuración de un culto al ídolo de la Muerte que toma algunos elementos de los cultos católicos. Así, encontramos rosarios, novenas, escapularios, altares, imágenes, consagraciones a la muerte, procesiones, cantos y similares: todos ellos elementos propios del catolicismo, pero utilizados con un significado diferente. Es evidente que la mayoría de estas prácticas sustituyen a la piedad mariana. Parece, de hecho, que el culto a la “Santa Muerte” quiso suplantar al culto a Santa María de Guadalupe.

La Santa Muerte sustituye a la devoción mariana
Por otro lado, dentro del componente esotérico, podemos considerar que el culto a la Santa Muerte se ha convertido en un espacio de convergencia en el que tienen lugar todo tipo de prácticas mágicas. Así, este eclecticismo lo hace especialmente proclive a extenderse entre las prácticas más ocultistas y populares. Sin embargo, incluso los “ocultistas” consagrados a ella, reconocen que la práctica de la magia con la Santa Muerte implica un compromiso, un pacto o una alianza con el ídolo, que después no se puede romper fácilmente.
Dicho esto, pasamos a enmarcar algunas de las prácticas mágicas que se realizan a través de rituales y “rezos” a la Muerte, y que expresan su naturaleza y función en el color de la prenda con la que se viste el ídolo que la representa. Por ejemplo, el ídolo se viste de blanco para realizar magia blanca; de rojo para realizar hechizos de amor; de oro para pedir dinero; de negro para lanzar una maldición, conjurar hechizos o pedir protección durante la comisión de un delito; se viste de verde para pedir protección legal. Incluso hay rituales para pedir la rehabilitación de la adicción a las drogas vistiendo al ídolo de ámbar. De este modo, podemos decir que esta ritualidad se ha convertido en una compleja técnica de culto y magia, en la que se realizan rezos, vigilias, rituales y ofrendas para ganarse el favor del ídolo, y se llevan a cabo rituales mágicos para obtener beneficios o hacer el mal.
También existe, aunque no de manera directa, una práctica espiritista y adivinatoria ligada al culto a la “Santa Muerte”, ya que a través de cultos, pactos y consagraciones, algunas personas solicitan el poder de conocer lo oculto, ejercer la adivinación o la invocación de espíritus, incluyendo la nigromancia.
Los tipos de sacrificios, ofrendas y regalos que se presentan al ídolo de la “Santa Muerte” son variados: algunos son sincréticos, otros están influenciados por las religiones afrocubanas y otros tienen un carácter propiamente satánico. Se ofrecen flores, piedras y metales preciosos, imágenes y altares, pero también se ofrendan y consagran armas de fuego y blancas: fusiles de asalto, pistolas y cuchillos. Otras ofrendas son alcohol, tabaco, cigarrillos y drogas ilegales. Es habitual que los traficantes ofrezcan las dosis de marihuana, cocaína o metanfetamina que trafican. Además, rezan al ídolo, incluso maldiciendo las drogas que suministran a sus consumidores. Se ofrecen a la “Santa Muerte” personas, familias, niños, así como crímenes, torturas, asesinatos. Por último, se ofrendan lugares como viviendas, cárceles y mercados.

Ofrecer alcohol al ídolo también implica a menores
En la Arquidiócesis de México, varias personas que han abandonado estas prácticas para renovar su bautismo han dado amplios testimonios sobre estos ritos. Algunos de ellos tuvieron que ser exorcizados.
4. El culto a la “Santa Muerte” en la práctica de los exorcismos en México
Como se desprende de lo dicho hasta ahora, desde el punto de vista teológico-moral, el culto a la “Santa Muerte” implica directamente cometer pecados de idolatría, magia, brujería, espiritismo, adivinación y nigromancia. En algunos casos incluye prácticas satánicas que materialmente y formalmente constituyen apostasía, blasfemia y sacrilegio. También implica, de un modo u otro, pecados específicos de violencia contra la vida y violaciones muy graves del código penal como el asesinato, el crimen, el robo y el tráfico de drogas. Estos pecados gravísimos ponen a las personas que los cometen bajo el control directo de Satanás y, con permisión divina, pueden constituir fácilmente ocasiones[16] para su acción extraordinaria.
Las personas que rinden culto a la Santa Muerte, mediante la realización de diversas prácticas rituales y mágicas, adoran implícita o explícitamente a Satanás, arriesgándose a quedar supeditadas a él y a sufrir su acción extraordinaria[17]. Así, aunque algunos de sus ministros y devotos no firmen un pacto formal, lo hacen al menos interiormente. Sin embargo, dentro de estas comunidades también existen pactos formales por los que el diablo, a través del ídolo de la Santa Muerte, concede a sus seguidores, mediante una intervención preternatural, dones y riquezas. La proliferación de este culto ha provocado un notable aumento de la acción extraordinaria del diablo, tanto entre las personas que adoran a este ídolo y a sus ministros, como entre las que son víctimas de maldiciones, hechizos y magia realizados con los mismos rituales de la ‘Santa Muerte’.
La práctica del exorcismo en México confirma numerosos casos de acoso, obsesión y posesión diabólica vinculados a la práctica y creciente difusión del culto a la ‘Santa Muerte’. Cada vez son más las personas que sufren no sólo de brujería en general, sino de los maleficios asociados a este culto. Recientemente se han dado varios casos de jóvenes que, esclavizados por las drogas, sufren algún tipo de acción diabólica extraordinaria debido al consumo de drogas maléficas y a los rituales mediante los cuales los narcotraficantes consagran a sus clientes a la ‘Santa Muerte’.
Además, aunque menos frecuentes, se han confirmado casos de auténtica infestación diabólica en lugares donde se rinde culto a la ‘Santa Muerte’, como mercados, lugares especiales y, en particular, prisiones.
5. La respuesta pastoral de la Iglesia debe incluir exorcismos
En varias ocasiones, los obispos de México han instruido al pueblo de Dios sobre la gravedad del culto a la “Santa Muerte” y han explicado abiertamente que se trata de un culto a Satanás.
La respuesta pastoral de la Iglesia ha incluido la denuncia de este terrible engaño y busca preservar al pueblo de Dios de estos males, consolidando el anuncio del Evangelio, la catequesis y la formación, al mismo tiempo que lo santifica con los sacramentos y la oración. Sin embargo, en muchos casos, es necesario un exorcismo mayor para asistir a todas aquellas personas que han sufrido las crueles heridas de Satanás a través de su culto a la “Santa Muerte”.
* Ordenado sacerdote el 30 de mayo de 2015. Miembro de la Sociedad de Vida Apostólica “Cruzados de Cristo Rey” desde 2005. Exorcista en la Arquidiócesis de México desde 2006. Secretario de la Comisión de Exorcismo de la Arquidiócesis de México desde 2016. Miembro del Colegio de Exorcistas de la Arquidiócesis de México. Vicario Parroquial de la Parroquia “Sagrada Familia colonia Portales oriente” en la Ciudad de México. Estudios civiles: Licenciatura en Filosofía UPAEP (Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla) (2010). Especialidad en Ética UCIME (Centro Universitario de la Ciudad de México) (2012). Maestría en Ética Tomista UCIME (2013). Doctorado (Estudios Completos) en Filosofía UCIME (2020). Licenciatura en Teología Universidad Católica Lumen Gentium (2015). Estudios eclesiásticos: S.Th. Bac. Pontificia Universidad de México (2015). S. Th. Lic. con especialidad en Moral, Universidad Pontificia de México (2021). Experiencia académica: ex profesor de la Universidad Pontificia de México, de la Universidad Católica “Lumen Gentium”, de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.
[1] Claudia REYES RUIZ, Storia e attualità del culto de la Santa Muerte, en: “El cotidiano”, núm. 169 (2011), p. 52 [los títulos de las notas bibliográficas fueron traducidos por la Autora en italiano, ed.].
[2] Oscar LEWIS, Los niños Sánchez. Autobiografía de una familia mexicana, México, 1961.
[3] Juan Antonio FLORES MARTOS, Trasformismi e transculturazione di un culto neometiccio emergente: la Santa Morte messicana, en: Mónica CORNEJO – Manuela CANTÓN – Ruy LLERA, Teorías y prácticas emergentes en antropología de la religión, Ankulegi, Madrid 2008, p. 58.
[4] Alfonso HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, La devoción a la Santa Muerte y a San Judas Tadeo en Tepito y sus anexos, en: “El cotidiano”, núm. 169 (2011), pp. 39-50.
[5] Javier, MOJICA MADERA, Acciones rituales en el arte latinoamericano, en: Öznur SEÇKIN, El viejo mundo y el nuevo mundo en la era del diálogo, Universidad de Ankara, Ankara 2014, pp. 763-768.
[6] Juan Manuel SALDIVAR ARELLANO, Orishas, demonios y santos. Una aproximación al sincretismo de la santería, caso Catemaco, Veracruz, en: ‘Gazeta de Antropología’, núm. 25-1 (2009).
[7] Editorial, ¿Qué significan los altares satánicos de “El Lunares” hallados en Tepito?, En: “La Silla Rota” [31/01/2020] https://lasillarota.com/metropoli/que-significar-los-altares-satanicos-of-the-mole-found-in-tepito-operative-tepito-satanico-la-union / 329119 (31.01.2020).
[8]Cossete Celecia PÉREZ, La muerte y los muertos en la santería afrocubana, en: “Revista de Cultura y Comunicación de la Universidad Veracruzana”, núm. 3 (2015), pp. 105-110.
[9]Juan Antonio FLORES MARTOS, Trasformismo y transculturación de un emergente culto neometiccio: la santa morte mexicana, cit., p. 57.
[10] Oscar LEWIS, Los hijos de Sánchez, cit.
[11] Dirección General de Asociaciones Religiosas (04 de 2005). “Boletín nº 87/05: La Secretaría de Gobierno delibera cinco procedimientos administrativos por infracciones a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público”.
[12] Pilar CASTELLS BALLARIN, La Santa Muerte y la Cultura de los Derechos Humanos, en: “LiminaR. Estudios Sociales y Humanísticos”, vol. 6 no.1. (2008).
[13] Redacción, Imponen 66 años de prisión a líder de la Iglesia de la Santa Muerte, en: “Proceso” [14.06.2012] https://www.proceso.com.mx/310895/dan-6-anos-de-carcel-un-leader-della-chiesa-della-santa-morte (31.01.2020).
[14] Jorge Adrián YLLESCAS ILLESCAS, Mirar, escuchar y callar. Creer en la Santa Muerte durante los encierros, UNAM, México 2019, pp. 32-43.
[15] Domingo VALDEZ, Con misa y vela veneran a la Santa Muerte, en: “El Universal Querétaro” [03.11.2018] http://www.eluniversalqueretaro.mx/nuestras-historias/con-misa-y-veladoras-veneran-la -santa-muerte (03.11.2018).
[16] ASSOCIAZIONE INTERNAZIONALE ESORCISTI, Linee Guida per il Ministero dell’Esorcismo alla luce del rituale vigente, Edizioni Messaggero, Padua 2019, núm. 59-65
[17] Norberto RIVERA CARRERA, Direttorio e norme per la pastorale degli esorcismi e delle pregghiere di liberazione e guarigione nell’arcidiocesi del Messico, Arquidiócesis Primada de México, México 2019, p. 8